Así como crece el daño en los canales de Xochimilco –nuevas especies introducidas de forma artificial, la contaminación, el descuido gubernamental– los expertos deben desarrollar técnicas de cómo rastrear a esas poblaciones. Por eso, Horacio Mena y el Laboratorio de Restauración Ecológica ya trabaja en un censo 2024-2025 del ajolote.
Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo).– Las alarmas sonaron en las últimas semanas debido a que expertos de la UNAM advirtieron que los ajolotes, una de las especies más peculiares de México, y además endémica de la zona, estaban a punto de desaparecer, y lo podrían hacer tan pronto como 2025 en los canales de Xochimilco, su principal reino.
“Es una especie que está en peligro crítico de extinción, sí, eso no es nuevo”, explicó en entrevista con GALILEO, el programa sobre ciencia de Estudio B, el maestro Horacio Mena González, del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM. “Está en riesgo, eso no es novedad, pero aventurarnos a dar una fecha o un número, pues tampoco”, completa.
El experto recuerda una de las previsiones que el propio laboratorio donde labora hizo en 2010. “Con unos modelos matemáticos, con investigadores reconocidos, nos dimos cuenta de varias cosas. Por ejemplo, si sacas a la tilapia y la carpa de Xochimilco, inmediatamente se empieza a regenerar, las especies que no veías empiezan a aparecer”, cuenta.
Y es que todas las especies tienen estrategias para ocultarse, para esconderse.
“Lo que nos da soporte a nosotros es la línea histórica de seguimiento de las poblaciones de ajolotes en Xochimilco. Nosotros, en aquel entonces, se hablaba de que en el año 2020 no iba a haber ya ejemplares, pero encontramos y hemos encontrado: algo muy importante es que hoy en día tenemos los elementos para buscar más, ser más finos en las búsquedas de poblaciones”, explica Mena González.
Así como crece el daño en los canales de Xochimilco –nuevas especies introducidas de forma artificial, la contaminación, el descuido gubernamental– los expertos deben desarrollar técnicas de cómo rastrear a esas poblaciones. Por eso, Horacio Mena y el Laboratorio de Restauración Ecológica ya trabaja en un censo 2024-2025 del ajolote.
“¿Cuáles son las variantes? No puedes decir que porque no encontrarse ajolotes en un mes no está ya. Los animales tienen predilección por mes, por temperatura, por la presencia de alimentos… Tenemos herramientas que antes no teníamos, como la telemetría: los ajolotes no buscan el canal principal de Xochimilco, por ejemplo, lo descubrimos en 2014, y hay zonas que no están en esa situación, pero no que no damos a conocer para no atraer influencia a esos lugares”, detalla.
Y es que el experto destaca que el ajolote es muy inteligente, “a veces más que los humanos”. “¿Cómo explicas que el ajolote sobrevivió a la desecación en la década del 50 de Xochimilco? Incluso inyectaron aguas negras, hasta después se construyen las plantas de tratamiento, y el ajolote sigue ahí. El tema es que es más inteligente que nosotros. Los estudios dice que no está donde lo encontrabas antes, pero ya sabemos incluso a qué horas tirar la red, vemos que identifica muy bien a sus pobladores”, indica.
No se trata, dice el experto, en decir “se queda o se va la especie”. Eso, añade, está más allá del alcance de los científicos. “Sería meterte en la psique de un animal que ya sobrevivió a mucho. Y en esas épocas no existía el Museo del Ajolote ni nada de esas cosas. El animal tiene sus estrategias. Por eso en el censo de este año y el siguiente lo intentamos hacer ‘más fino’, con DNA ambiental, con huella genética, que no necesitas tener al animal en físico, sino que colectas agua y encuentras su DNA en el agua, que indica que estuvo ahí recientemente”, explicó.
Y es que, por más que sea uno de los animales más estudiados y más queridos en el ámbito cultural mexicano y también internacional, aún nos falta mucho por conocer del ajolote. “Pero eso no nos disculpa”, advierte Horacio Mena, “por lo imprudentes que hemos sido con el descuido de Xochimilco. Seguimos pensando en una especie y se debe ver al ajolote como parte de todo, porque si se va el ajolote se va Xochimilco”, expresó.
Por eso, pide Mena González, debemos –la academia, los expertos, la sociedad misma y el Gobierno– replantearnos el concepto de “conservación” de especies en peligro de extinción. “Se ha diluido el término, puedes conservar dientes en formol, como decía Luis Zambrano, se pueden conservar osos polares en congeladores, pero no, tienen una función en el ecosistema, es cuestionar primero esa parte”, pide.
“Si vamos a llamarle ‘conservar’ a un edificio muy bonito de concreto con peceras muy hermosas, pues entiendo que es un negocio, y sabemos que no se va a extinguir, es una estrategia comercial para muchos, pero podemos balancear la estrategia, y definamos: puedes tener animales en laboratorios, en estos lugares, pero también en donde pertenece. Nosotros lo único que estamos haciendo es cómo hacer para que Xochimilco no muera: el ajolote es una especie dentro de un ecosistema, es conservar toda: una dinámica completa. No lo vemos a partir de una especie, es una alarma que nos da la especie, necesito un balance, un equilibrio, es un ecosistema que pide auxilio”, concluye.